El gran Charlie Sheen, genial, querido y torturado personaje del mainstream americano, ha sido diagnosticado con el VIH, no con el SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida). Esto hace tiempo debería ser de dominio básico de gente de prensa, responsable de divulgar noticias al gran público. No obstante, la mayoría de periodistas sigue irresponsablemente empeñada en producir notas sin manejar contenidos ni referencias, menos contexto. Son fanáticos de los datos instantáneos, crudos, directos, sin contrastar, sin empaquetadura ni una realidad objetiva que sirva de base para desarrollar las informaciones. El VIH, amigos, es el virus que ataca y destruye el sistema inmunológico, lo que predispone al organismo a una vulnerabilidad crónica a cualquier mal. El SIDA, por otro lado, es un síndrome, es decir, un conjunto de síntomas que constituye la última etapa de la enfermedad: da acceso a las llamadas "infecciones o tumores oportunistas", que provocan la muerte del paciente. VIH y SIDA NO SON SINÓNIMOS.